Recorriendo tres de los invernaderos “viajamos” por el desierto, la selva tropical y la laurisilva, aprendiendo muchas curiosidades sobre sus plantas. Difícil de olvidar la historia del drago de "sangre" curativa, o la de la palmera de triste final que rompió el techo del invernadero, entre otras muchas... Además es probable que, después de esta visita, más de uno deje de comer chuches de color rojo.
Ambos días nos han acompañado pintores y no ha sido porque estuvieran en obras ni nada parecido, pero como aún quedan cuatro grupos por realizar la visita no os desvelaremos nada más para que lo descubráis vosotros mismos. Os dejamos un recuerdo de estos dos días y os recordamos que la entrada al invernadero es gratuita y sólo cierra los lunes.