Los alumnos han comenzado ataviándose con pañuelos (al cuello los hombres, en la cintura o sobre un hombro las mujeres), y se han puesto el bindî (una marca de distintos colores que para la ocasión ha consistido en puntos redondos adhesivos para ellos y unas piedrecitas relucientes con forma de joya para ellas), entre las cejas, exactamente donde los indios señalan el tercer ojo o punto del conocimiento.
El taller ha comenzado con el aprendizaje de unos pasos básicos con los pies y con las manos. Luego con todo el cuerpo. Los chicos han ensayado en círculo.
Más tarde, han bailado y representado una sencilla historia de amor entre chicos a un lado y chicas a otro. Después de un quiero y no puedo, de muchas miradas y gestos, las historias han terminado todas ellas con final feliz.
El ritmo de las canciones de la India y las historias cursis de amor que han servido para que los alumnos se despidieran del instituto y del segundo trimestres con alegría y entre juegos. ¡Felices vacaciones!